Pessoa y sus heterónimos (bajo influencia borgiana) 1



El poeta Fernando Pessoa se caracterizó por la creación de heterónimos (72 de ellos), es decir identidades poéticas con nombre, apellido y biografía que utilizaba para escribir. Se remarca que en ese desdoblamiento de su identidad cada heterónimo escribe de una forma singular, se centra en distintas temáticas y desarrolla su propio estilo como si realmente se tratase de otras personas. Algunos fueron más productivos en su obra que otros y sabemos más detalles sobre sus vidas.


Si bien fueron apareciendo a lo largo de la obra del autor propongo dar una visión cronológicamente invertida en el análisis del sistema heteronímico de Fernando Pessoa. Siendo eje constructor del mismo a la figura de Bernardo Soares (el último), y a través del análisis del texto crítico de Jorge Luis Borges "Kafka y sus precursores".


Para un análisis más ordenado simplificaré el sistema de heterónimos reduciéndolo a cinco de ellos: Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Fernando Pessoa (considerado un otrónimo) y Bernardo Soares.


En Kafka y sus precursores Jorge Luis Borges toma ejemplos de autores de diversas nacionalidades, todos antecesores de Kafka para mostrar la clara influencia kafkiana que estos presentan. Afirma que si Kafka no hubiese escrito, percibiríamos otros rasgos en esas obras, mas no los aspectos que consideramos kafkianos. A partir de este autor la relectura presente de las obras pasadas se desvía, se renueva y se carga de nuevos sentidos. Los autores y sus contemporáneos diferían en su lectura a la lectura que nosotros les damos. Razón de esto es que, según el autor, cada escritor crea a sus precursores. Dice al respecto: “Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro. En esta correlación nada importa la identidad o la pluralidad de los hombres.” Esta idea es retomada por el propio Borges, quien a modo de estrategia, coloca la figura del poeta Evaristo Carriego como su antecesor, pero no su maestro (Macedonio Fernandez), y de este modo se sitúa y sitúa su propia literatura en el territorio de la literatura nacional. De modo análogo, el mismo procedimiento funciona en la obra de Pessoa a partir de los roles que cumplen los heterónimos.


Pessoa como autor construye a los heterónimos a tratar en este trabajo como contemporáneos a él. Todos ellos nacieron entre 1887 y 1890, y escribieron alrededor de lás primeras dos décadas del siglo XX. Sin embargo, establece una distinción en Alberto Caeiro, quien es considerado su maestro y maestro de sus heterónimos también. Una posible interpretación sería ver a partir de la aparición de Caeiro, como el resto de los heterónimos se ve influído por su obra, influencia que como lectores podemos observar.


Entonces si analizamos el sistema heteronímico no en forma cronológica, (en la cual Caeiro sería el eje principal y Reis, de Campos y Pessoa sus sucesores) sino de manera inversa, la figura habitualmente desplazada de Soares, es la que funcionaría como eje y construiría a sus precursores (inclusive al mismo Fernando Pessoa). Para ello me basaré en fragmentos tomados del Libro del desasosiego, de Soares que justifiquen como el sistema heteronímico se puede sostener a partir de esta obra creada entre 1912 y 1935, y compilada y publicada póstumamente luego de la muerte del autor.

Pessoa como precursor.


En Pessoa, al igual que en Borges, hay dos grandes influencias. La primera de ellas es un autor real portugués, Cesario Verde (1865-1886). Este autor, antecesor a Pessoa y por quien él siente a partir de su regreso a Portugal cada vez una mayor atracción, posee varias características en común con él. Ambos fueron estudiantes de Letras, comerciantes, neurasténicos, irreligiosos y republicanos. La diferencia radica en la época: Verde escribió en un tiempo en el cual la monarquía aun existía en Portugal y fue el primer poeta en plantear un cambio y una superación de la poesía romántica portuguesa de ese entonces. Por lo tanto parece ser perfecto para ocupar el rol de maestro, sin embargo, Pessoa decide no tomarlo como su precursor y en su lugar crear uno ficticio: Alberto Caeiros. Es decir, la admiración e influencia de Verde funciona en la etapa previa a la creación del heterónimo. Sin embargo esta influencia nunca se erradicará del todo, sino que aparecerá traspasada a otro heterónimo: Álvaro de Campos.
Cesario Verde por su lugar en la sociedad portuguesa hubiese sido idóneo para que el joven Pessoa, recién llegado de África del Sur, lo tomase como referente y se posicionase en la literatura nacional. Sin embargo, él apuesta por inventar (a través de los heterónimos) la tradición poética de la cual quiere formar parte. Apuesta a la ficción (y este es un primer dato de importancia para entender como conforma su obra), de todo un sistema construído por y para él. Estratégico, su obra es un pequeño universo en la cual hay un maestro perfecto, que influye de maneras diversas a diversos heterónimos. Todos ellos contemporáneos, dialogan y discuten entre sí, tejiendo nexos entre las obras y generando una particular comunidad ficticia.
Sin embargo, este proyecto en algún punto excede al otrónimo Pessoa, y a Pessoa mismo, con la incorporación de Soares.


Bernardo Soares: el pseudo heterónimo.



Soares se diferencia del resto de los heterónimos por no ser una creación del todo consciente de Pessoa. Sabemos de él que es contable en Lisboa, que trabaja en oficina como el propio Pessoa y que escribió un diario íntimo por más de veinte años que funciona a modo de autobiografía (el cual finalmente se transformó en el libro del desasosiego). Sin embargo Soares es el único heterónimo que no cuenta con más datos biográficos, no sabemos de él su fecha de nacimiento ni de muerte. El modo que tenemos de descubrir algo más sobre él es a través de sus escritos.
Este Libro del desasosiego, que se ha constituído como una novela de enorme importancia para la literatura portuguesa, me interesa por su carácter abierto: la autobiografía de Soares se va construyendo a la par de la biografía del mismo Pessoa. El propio autor afirma que ve a Soares como un pseudo heterónimo o un semi heterónimo, en el sentido de que constituye una especie de emanación de él mismo. El autor intentará explicar que sus personalidades son distintas, pero en cierto punto iguales, porque Soares se desprende de él, es lo que queda de Pessoa si se le quita la parte racional. Pessoa ha confesado que a menudo, la aparición de Soares surgió en momentos de ebriedad o ensoñación, en donde su consciencia estaba reducida. Esto nos permite ver por el momento a Bernardo Soares como un heterónimo singular, ambiguo, que conjuga dentro suyo ficción y verdad, que es y no es Pessoa y que vive en el territorio difuso entre el sueño y la realidad.



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