Quiero escribir pero me sale espuma... sobre César Vallejo (1)


Para comenzar convendría citar unas palabras del propio Vallejo dichas en “Arte y revolución”, allí el poeta sostendrá que la técnica define la sensibilidad del artista, que deriva de su personalidad y que siempre “pone al desnudo quienes somos”. Es decir, a partir de la técnica Vallejiana podremos ir descubriendo quién este artista realmente fue.



ANÁLISIS DE "INTENSIDAD Y ALTURA" 

El título del poema señala a través de dos sustantivos abstractos datos comunes a los hombres, un recurso frecuentemente utilizado en sus “poemas humanos”, como por ejemplo en el poema inicial del libro “altura y pelos”. Visto desde otra perspectiva se podría pensar en el doble significado de la palabra altura: altura física o altura en el sentido de elevación. Desde este segundo lugar observamos la problemática planteada por el poema, una reflexión sobre la poesía, la escritura, la inspiración y la falta de la misma.


Al pasar al cuerpo del poema se puede ver que este está organizado en forma de soneto (dos primeras estrofas de cuatro versos, y las dos últimas estrofas de tres versos), a su vez se observa una rima regular consonante en el primer y tercer verso de las dos primeras estrofas (espuma, suma, puma, bruma) y en el segundo y cuarto verso de las mismas (atollo, cogollo, encebollo, desarrollo). En las últimas estrofas también aparece una rima regular (yerba, conserva, cuerva; gemido, herido bebido). Si a esto le sumamos los paralelismos en el comienzo de cada verso: “quiero + verbo en infinitivo” en los primeros dos versos de las primeras dos estrofas; “no hay” en el comienzo de los segundos dos versos, y el “vámonos” que aparece en las últimas estrofas, podemos advertir que en este poema en particular y en “poemas humanos” en general hay un retorno a las formas clásicas de la poesía sin dejar de lado el estilo único ya impuesto por Vallejo.



Quiero escribir, pero me sale espuma,
quiero decir muchísimo y me atollo;
no hay cifra hablada que no sea suma,
no hay pirámide escrita, sin cogollo.


En la primera estrofa comenzamos con la problemática entre lenguaje y pensamiento: “Quiero escribir pero me sale espuma”. El poeta siente la necesidad de expresarse, pero surge un inconveniente y sólo sale “espuma”. La espuma muestra lo inconsistente, sin forma fija, lo que aún no es la palabra justa que el autor necesita. Continúa en el verso siguiente: “quiero decir muchísimo y me atollo”, aquí la palabra atollo, equivalente a una palabra como “atoro” que sería más frecuente utilizar en nuestro país, nos muestra como Vallejo no teme utilizar lenguaje cotidiano y hasta vulgar en sus poemas, sin que esto signifique que desconoce una terminología más elevada o culta, al tiempo que nos habla de ese atolladero en la mente del poeta donde distintos discursos convergen. En el tercer verso aparece otro costado del lenguaje: “no hay cifra hablada que no sea suma”, las palabras “cifra” y “suma” nos remiten a los signos numéricos que con frecuencia son utilizados por el autor, ya sea que elija escribirlos en palabras o en su forma cifrada. Acá las cifras son habladas, y podrían ser interpretadas también como enigma, como algo encifrado, a descifrar, continuando con la línea del problema de la escritura. Y por último la estrofa finaliza: “no hay pirámide escrita sin cogollo”. Lo interesante del término “cogollo” es que no es una palabra utilizada popularmente, lo cual demostraría la mezcla de lenguajes altos y bajos del autor dentro de un mismo poema, y los múltiples significados de éste término. Podríamos pensar que al estar mencionada la palabra pirámide, cogollo remitiría a la parte superficial, el extremo, la punta de la pirámide, pero también cogollo puede significar la parte interior de un árbol, o de un vegetal como la lechuga o la col. No es desconcertante pensarlo de este modo, dado que en la segunda y tercer estrofa aparecerá un campo semántico que remite a las frutas y hortalizas, y otro campo que remite a lo animal y la naturaleza.




Quiero escribir, pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.


Comienza la segunda estrofa diciendo: “quiero escribir pero me siento puma”, el puma no sólo está incapacitado para escribir, sino que de intentar proferir un sonido sólo le saldrían rugidos, así como a Vallejo sólo le sale espuma, por ello se identifica con el animal que abre el campo semántico de la fauna y la flora que nos liga a Latinoamérica y que al autor le interesa sobre todo en este poemario. Prosigue: “quiero laurearme pero me encebollo”, este verso es uno de los más importantes del poema y concentra la esencia del mismo. El neologismo “laurearme” procede de la idea de estar entre los laureles, es decir la imagen del poeta glorificado que Vallejo quisiera alcanzar, sin embargo al intentarlo se “encebolla”. Es decir, hay un desvío del término laurel, dado que esta planta puede ser utilizada en el ámbito culinario como una hierba aromatizante que embellece la comida, para llegar a la cebolla, hortaliza de lo más vulgar, barata y de fuerte olor. La relación entre la cebolla y el cogollo de los vegetales es clara: todos estos vegetales poseen un centro y múltiples capas y Vallejo se encebolla, se ubica en el cogollo mismo de la cebolla mostrando un tópico fundamental de su poesía, el hermetismo Vallejiano.


“No hay toz hablada que no llegue a bruma”, este verso sigue ejemplificando la incapacidad de expresar sus ideas sumado a la importancia que le confiere al aspecto visual del poema. La palabra inexistente “toz” interesa tanto por expresarse Vallejo con una “tos hablada” es decir, sonidos sin significado como los rugidos del puma,tanto por la similitud formal con la palabra “voz” que es lo que no consigue expresar: su voz. Y termina: “No hay dios ni hijo de dios sin desarrollo” aquí sigue la importancia de lo visual del poema, que nos permite identificar la elección de la palabra “dios” en minúsculas. La visión religiosa de Vallejo, una visión solitaria, de crucifixión y dolor se halla vinculada a la escritura, al punto de negar a Dios y a Jesús de no haber desarrollo, como si sin escritura nada existiese.La creación poética no podrá escapar al desarrollo histórico ni a las condiciones materiales.




Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
carne de llanto, fruta de gemido,
nuestra alma melancólica en conserva.

Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.


Para la tercer estrofa aparece repetidamente la palabra “vámonos” es decir, el yo poético va a ir cambiando desde una primera persona implícita (quiero), a formas impersonales (no hay) para llegar a incorporarse en un nosotros: “vámonos, pues por eso a comer yerba, /carne de llanto, fruta de gemido/ nuestra alma melancólica en conserva”. Las imágenes pertenecientes a la naturaleza (la yerba, la carne, la fruta) se mezclan con la angustia del poeta ante su incapacidad, y la carne es de llanto, la fruta de gemidos (lamentos), y su alma melancólica queda en conserva, tal como podrían quedar guardados los vegetales en frascos. Por último el autor exclama: “vámonos! Vámonos! Estoy herido: /vámonos a beber lo ya bebido” como resignándose a dar una poesía que sea más de lo mismo, o de lo que ya se venía haciendo, admitiendo su derrota y la culminación del fracaso. Y termina en “vámonos cuervo a fecundar tu cuerva” utilizando a un animal como el cuervo cargado de simbologías en poesía, pero de simbologías negativas de muerte, que contrastan con una acción llena de vida como fecundar, más propicias de otras aves como las palomas; mostrando un segundo contraste entre el estilo personal del autor y sus diferencias con las imágenes que podrían utilizar otros poetas.


Comentarios

Entradas populares